Novela de distopía cuya trama ocurre en Oceanía, un país dominado por un gobierno totalitario que mantiene en constante vigilancia a sus ciudadanos e, incluso, insiste en espiar sus pensamientos para mantener el orden.
Esta herramienta se pensó para compartir y para que sea utilizada por profesionales de la salud, la educación y las ciencias sociales con formación en sexualidad, género, diversidad y derechos. No se elaboró con la idea de ser un “recetario” para utilizarse en cualquier momento. Su aplicación no implica por sí sola un trabajo educativo ni formativo, sino que es un instrumento de trabajo que habilita a la expresión de ideas, inquietudes, sentires y reflexiones. Para que cumpla con el objetivo propuesto, el material simbólico, vivencial, experiencial e ideológico que surja a partir de la puesta en marcha de estos recursos técnicos deberá trabajarse de forma educativa por quienes coordinen la actividad. Quienes estén a cargo de la coordinación grupal deberán contar tanto con recursos teórico – conceptuales respecto a la temática como con habilidades en el trabajo con grupos. En el mismo sentido, el abordaje de estos temas requiere inexorablemente de un proceso de análisis personal, en tanto sujetos sexuados y sexuales.
Insatisfecho con la noción de «pulsión gregaria», Freud parte de la descripción de las masas hecha por Le Bon para poner de manifiesto el papel esencial del «líder». El lazo que une a cada individuo de la masa con el conductor tiene la naturaleza de una relación amorosa, por la vía de una identificación que vincula también entre sí a todos los miembros de la masa. Su fuente está en la situación de la horda primordial, organizada en torno del padre a la vez temido y venerado por cada uno de los hijos. El análisis de la psicología de las masas permitió a Freud avanzar aún más en el conocimiento de la estructura del yo, dando un lugar central a la instancia que llegará a ser el superyó.
La mística de la feminidad es un clásico del pensamiento feminista que se publicó originalmente en Estados Unidos en 1963. Se trata sobre todo de un libro de investigación respaldado por un abundante trabajo descriptivo, y sólo como consecuencia de esto se acaba convirtiendo en un libro militante, lo que lo aproxima al otro gran clásico del siglo XX "El segundo sexo", de Simone de Beauvoir. Friedan llama "mística de la feminidad" a esa imagen de lo "esencialmente femenino", eso de lo que hablan y a lo que se dirigen las revistas para mujeres, la publicidad y los libros de autoayuda.